Si quieres formar parte de la Casa de Retiro para Poetas Incurables, envía una muestra de tu trabajo poético, una breve ficha biográfica y una fotografía a poesia@kalaeditorial.com

viernes, 8 de agosto de 2008

Ivan Vergara García




(México, 1979) actualmente radica en Sevilla, España. Trabaja actualmente en el bar-cultura El perro andaluz, dirigiendo la plataforma cultural Chilango-Andaluz. Proyecto que difunde la cultura mexicana, creando conexiones entre artistas mexicanos y españoles; en este momento con chilangos y andaluces. El último año ha realizado eventos culturales en la capital andaluza, principalmente recitales poéticos donde interactúa con otras artes: pintura, performance, creación visual, fotografía, teatro. Ha participado en proyectos artísticos de distinta índole. Antologado en la primer Antología del recital de poesía joven chilango-andaluza 2006 Ha sido publicado en distintas revistas nacionales y españolas. Ha colaborado para periódicos mexicanos como corresponsal de la región andaluza. Actualmente prepara su último poemario Miedo rojo de ciudad y la segunda edición del recital de poesía joven Chilango-Andaluza.

En las calles de la ciudad

I.
Por qué extrañar el campo
si aquí las bestias no son menos temibles?
Por qué engañar a los bienaventurados
con alabanzas del terrible equívoco?
O dime mujer,
por qué creer que me acuesto a descansar?
Damos el impulso súbito
antes de ser borrones
de este desierto rojo.
La última vela siempre se consume
con la cruel sonrisa de Dios.
Por qué no abandonarme a la miseria
si también es una cálida delicia?
Por qué habría de besar a los súcubos
si van por mí y mis recuerdos?
O dime mujer,
por qué deberle a la gracia
lo que coseché en soledad?

II.

Escribimos la épica infame
del eterno retorno,
náufragos en la selva más dura
la más gris.
Lo que espera no es el futuro,
no es el arribo a la orilla.
Dime, paciencia efímera,
por qué me ofrezco a los caníbales
y por qué mi fe cae al revés.
Seremos entonces eternos sin-nombre,
soldados de la espera, marionetas autónomas,
Mesías doblados por el polvo del sur
que alguna vez tuvo nombre.



(de El estruendo del mimo)

No hay comentarios: