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miércoles, 15 de octubre de 2008

Zuzana Iglesias


Un hombre no patea perros heridos

Es lo que se aprende de un viejo perro tirado, que no va a levantarse jamás.
Un hombre no patea perros heridos
Una mujer sí, una a la que todo le parece insignificante
Esa que hace un gesto de desprecio ante cualquier cosa
Esa que hace sonar los tacones cuando está molesta
Esa que te dice que hubiera preferido casarse con: Luisito
Esa...
esa sí patea perros heridos
Y no sabe que les hace un favor
Un perro herido sabe lamer sus heridas
Buscar la obscuridad
Reconfortarse
y olvidarse de las perras malnacidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mujer curva
sacrílega
súcuba
venérea matacía
mujer demente
mujer mentira
fronteriza
egoísta belígera
cobarde, baldonada en perfumes
borracha del jugo agrio de los miserables
cría vieja
cruda ternura
calígine piel
yerma colina
inhóspita, mujer escombrera
ausente en la penumbra mate con que te cubres de pintura,
la luz no te alcanza
es un eco el ruido de la vida
depósito de escoria,
para tí es todo sólo
y tan sólo
materia orgánica.
No hay honor en el honor,
no hay valor en el valor,
no hay razón en la razón,
lacaya
de sacerdotes y burócratas.
Mientes
la libertad es una cuestión de fe
y trabajo diario
media hora-cincuenta euros.
Llegará una mañana en que te despiertes
suave
por una cálida lengua de sol mediterráneo
mujer madura
serena y satisfecha de tu femenino patrimonio
y diez mil toneladas de carne desnuda
se precipiten obscenamente sobre tu cama blanca
como un alud.
Entonces puta,
puta o esclava
debajo de toda esa carne
hallarás la respuesta.